La violencia contra los transportistas en Acapulco ha alcanzado niveles alarmantes, como lo hacen evidente los videos que circulan en las redes sociales. En las imágenes, se observa cómo presuntos extorsionadores golpean y amenazan a conductores del transporte público, utilizando tablas, cachetadas, patadas y hasta fierros como métodos para someterlos.
Estos hechos se suman a una serie de manifestaciones previas en las que los transportistas han exigido mayor seguridad por parte del gobierno, recurriendo incluso al cierre de autopistas y avenidas como medida de presión. Sin embargo, la respuesta a sus demandas sigue siendo insuficiente, mientras que la violencia en su contra persiste de manera despiadada.

En los videos recientemente difundidos, se puede ver a los extorsionadores atacando a los choferes, exigiendo que reporten sus salidas y llegadas de manera precisa. Uno de ellos golpea con una tabla en los glúteos a uno de los conductores, mientras otro es jaloneado y posteriormente golpeado repetidamente en una silla.

Los agresores no escatiman en insultos ni amenazas, obligando a los transportistas a someterse a sus exigencias con violencia. “Quiero reportes bien. Le juegas al bravo. Veme a la cara, hijo de tu p*t@a madre”, se escucha decir a uno de los agresores mientras golpea a uno de los conductores. La situación se vuelve aún más angustiante cuando los extorsionadores exigen que los transportistas bajen las manos y los insultan con palabras ofensivas.
Se ha difundido en redes sociales que el motivo de estas agresiones fue la supuesta falta de denuncia por parte de los conductores de la presencia policial en la zona, así como la omisión en reportar sus actividades. A pesar de la gravedad de los hechos y su amplia difusión en redes sociales, el gobierno de Acapulco ha guardado silencio al respecto, mientras que las autoridades estatales de Guerrero apenas han mencionado que mantienen dispositivos de vigilancia en la zona, sin abordar específicamente las agresiones sufridas por los transportistas.
La brutalidad de estas agresiones ha conmocionado a la población, y la difusión de los videos ha generado indignación y preocupación entre la ciudadanía. La impunidad con la que operan los extorsionadores y la falta de respuesta por parte de las autoridades solo alimentan el temor y la incertidumbre entre los conductores de transporte público, que día a día enfrentan el riesgo de ser víctimas de esta violencia desmedida.
En medio de las exigencias de justicia y seguridad, los transportistas continúan enfrentando una realidad brutal en las calles de Acapulco, donde la violencia parece no tener límites y la protección por parte de las autoridades sigue siendo una promesa incumplida. Mientras tanto, la incertidumbre y el miedo persisten, dejando en claro que la lucha por la seguridad en el transporte público está lejos de llegar a su fin.

msn/Quinto Poder