La reciente noticia sobre la ceremonia de toma de posesión de Claudia Sheinbaum, quien asumirá la presidencia de México, ha generado controversia debido a la exclusión de ciertos países en las invitaciones. La ministra presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Mónica Soto Fregoso, confirmó que el próximo 15 de agosto entregará la constancia de mayoría a Sheinbaum, formalizando su cargo como Presidenta electa.

En preparación para su toma de protesta, programada para el 1º de octubre, Sheinbaum y su equipo han extendido invitaciones a numerosos líderes mundiales. Sin embargo, el 31 de julio, la mandataria electa anunció que Ecuador y Perú no fueron incluidos en la lista de países invitados, alineándose con la política exterior del actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien suspendió relaciones diplomáticas con ambas naciones.
“Las invitaciones se han enviado a casi todos los países, pero Ecuador y Perú no están en la lista debido a nuestra postura política”, declaró Sheinbaum en una conferencia de prensa.

España en la mira: la conquista y las relaciones diplomáticas
España también ha sido un foco de atención en este contexto. Aunque México sí invitó a las autoridades españolas, Claudia Sheinbaum ha manifestado su respaldo a la idea de que España reconozca los abusos cometidos durante la Conquista y la Colonia. “La conquista española estuvo marcada por masacres y violencia. Durante mi gestión como jefa de Gobierno, cambiamos nombres de calles para honrar a México Tenochtitlán en lugar de celebrar a los conquistadores”, enfatizó.

Vladimir Putin: una invitación polémica
El 6 de agosto, se confirmó que Vladimir Putin, presidente de Rusia, recibió una invitación para asistir a la ceremonia de toma de protesta de Sheinbaum. Esta noticia fue dada a conocer por la Embajada de México en Moscú y difundida por la agencia de noticias Tass. La invitación de Putin podría generar controversia, ya que México, como firmante del Estatuto de Roma desde 2005, está bajo la jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI), que emitió previamente una orden de arresto contra el mandatario ruso.
La toma de protesta de Claudia Sheinbaum, prevista para el 1º de diciembre, no solo marca un cambio en la política mexicana, sino que también subraya las complejas relaciones diplomáticas que México deberá manejar durante su mandato.

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