Después de casi un siglo de ser conocida como Sedena, se dio a conocer que la Secretaría de la Defensa Nacional optó por adoptar un nuevo nombre, el cual es simplemente: Defensa. Este cambio, que entró en vigor el 9 de noviembre, busca alinear el nombre de la institución con su misión fundamental, enfocada en la defensa exterior y la protección de México.

Claudia Sheinbaum, presidenta de México y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, fue la encargada de aprobar esta histórica modificación, la cual tiene como propósito clarificar la función esencial de la Secretaría, tanto para los ciudadanos mexicanos como para la comunidad internacional. Con este ajuste, Defensa pretende reforzar la identidad de la institución, facilitando una comprensión más directa de su papel y eliminando confusiones sobre su misión principal.

¿Por qué Sedena ahora es Defensa?
La historia de la Secretaría de la Defensa Nacional es extensa y profunda. De acuerdo a datos oficiales, fue fundada formalmente en 1937, la institución ha sido la encargada de velar por la seguridad y la soberanía de México, lo cual ha sido posible a través de la organización y administración del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana. Durante 87 años, el acrónimo Sedena fue sinónimo de autoridad, servicio y sacrificio, y ahora su evolución refleja una intención de modernización y claridad en tiempos de constantes cambios y retos internacionales.
Mediante un comunicado oficial, Defensa explicó que la actualización en su nombre busca que la sociedad mexicana pueda asociar de forma más directa el término «Defensa» con su propósito central, el cual es proteger a México y a sus ciudadanos. Este cambio también ayudará a que instituciones en todo el mundo comprendan y reconozcan de manera más precisa la función de esta entidad, evitando malentendidos y reforzando la imagen de México en el escenario internacional.

La misión de Defensa: protección y soberanía de México
La nueva denominación de Defensa subraya los principios que guían a la institución. Tal como establece el artículo 89 de la Constitución Política de México, la Secretaría es responsable de la defensa de la federación y de su seguridad interna cuando sea necesario. Este cambio de identidad institucional no modifica el rol ni la estructura de la Secretaría de la Defensa Nacional, sino que reafirma su compromiso de actuar en beneficio de los mexicanos, en concordancia con la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
Aunque el cambio se refleja en el nombre de uso común, la institución conserva su nombre oficial de «Secretaría de la Defensa Nacional», garantizando la continuidad de su esencia y su historia, ahora bajo una denominación que busca proyectar de manera más contundente su misión.

Un cambio que marca la historia de Sedena
El viaje de esta institución se remonta al establecimiento del Ministerio de Guerra y Marina en 1821, inmediatamente después de la Independencia de México. A lo largo de su existencia, la ahora llamada Defensa ha sido testigo de la evolución de México, adaptándose a los tiempos y a las demandas del contexto global. Fue en 1937 cuando se consolidó la Secretaría de la Defensa Nacional como una entidad separada de la Marina, marcando el inicio de una era en la que cada institución desempeñaría su rol con enfoque específico.

Hoy, Defensa se enorgullece de seguir el legado de Sedena, pero con una mirada renovada y adaptada a los desafíos del presente. La nueva identidad reafirma la misión de protección y soberanía, dejando atrás un nombre que, aunque histórico, ya no comunicaba de manera clara el propósito de la institución.
Impacto y reacciones de la sociedad y el entorno internacional
La respuesta a este cambio en redes sociales ha sido variada. Muchos mexicanos han expresado su nostalgia por el nombre Sedena, aunque reconocen la importancia de adaptarse a los tiempos modernos. A nivel internacional, la modificación busca una mayor cohesión en la manera en que otras naciones perciben y colaboran con México en términos de seguridad y defensa.

Mientras que el nombre de Defensa se integra a las redes sociales y la comunicación oficial del Gobierno de México, el enfoque permanece claro: proteger a México con un nombre que, en esencia, es más transparente y representativo de esta institución y su misión.

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