El silencioso sufrimiento de Graciela Fernández: ¿Cómo la fama de Roberto Gómez Bolaños resquebrajó su familia?
La bioserie de Chespirito sacó a la luz detalles poco conocidos sobre su primer matrimonio con Graciela Fernández, cuyo personaje ha encantado a la audiencia, pues muchas mujeres se han sentido identificadas con ella. Sobre todo por como se retrata su sufrimiento al ser abandonada por Roberto Gómez Bolaños.
La vida del célebre creativo Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como “Chespirito”, compartió destino por muchos años con Graciela Fernández, su primera esposa y madre de sus seis hijos. Aunque Graciela recordaba con cariño los años felices de su unión, el arrollador éxito y la creciente figura pública de “Chespirito” trajeron consigo una distancia palpable que, inevitablemente, culminó en la disolución de su matrimonio, un proceso que sus propios hijos atestiguaron con claridad.
Graciela Fernández y su separación de Chespirito
La propia Fernández, en un documental transmitido en 2012, compartió el profundo sufrimiento que experimentó al finalizar su relación de 23 años, citando unas dolorosas palabras de Bolaños: “Ya se te acabó tu cuota” y añadiendo que “Doña Florinda se lo llevó”.
El distanciamiento familiar fue una consecuencia directa del imparable fenómeno que se convirtió “Chespirito”. Sus hijas, Graciela y Paulina, narraron cómo la ausencia de su padre se hizo notoria a medida que su figura pública crecía exponencialmente. Paulina resumió la situación como un “enfriamiento” en lo que consideraban la “pareja perfecta”, una realidad que no pasó desapercibida para los menores. El mismo Gómez Bolaños, en retrospectiva, reconoció que la infidelidad fue un factor determinante en la disolución de su matrimonio.
Fue en 1977 cuando inició una relación con Florinda Meza, su compañera en “El Chavo del 8”, a quien había cortejado discretamente durante cinco años. Tras años de tensión, Roberto Gómez Bolaños y Graciela Fernández finalmente se divorciaron en 1989, a pesar de que hubo algunos intentos de reconciliación en el camino.
El inicio de esta profunda historia de amor se remonta a mediados del siglo XX, cuando Graciela, a sus 15 años, conoció a un joven Roberto de 22 en una fiesta. Él, quien entonces formaba parte del grupo musical Los Aracuanes, fue quien la invitó a bailar, marcando el comienzo de su noviazgo. Graciela recordaba esos tiempos con cariño y se sentía orgullosa de ser su pareja, percibiendo que su relación los engrandecía mutuamente.
Ella lo acompañó en cada etapa de su incipiente carrera, desde la escritura de comerciales hasta sus éxitos en la radio con Viruta y Capulina, y finalmente en la televisión, donde dio vida a personajes tan emblemáticos como “Chapatín”, el mismo “Chespirito” y “El Chavo del 8”. Desde joven, Roberto Gómez Bolaños ya mostraba un talento especial para la escritura, incluso componiendo canciones para conquistar.
A pesar de su genio creativo, en casa, sus hijos lo recordaban como un padre cariñoso y cercano, que jugaba con ellos y no temía pedir perdón cuando se equivocaba, una cualidad poco común que su hija Graciela resaltaba. La residencia de los Gómez Fernández se llenaba de música, televisión y arte, con Roberto tocando instrumentos y animándolos a cantar juntos.
Tras la separación de Graciela Fernández y Roberto Gómez Bolaños, Florinda Meza, quien inicialmente se resistió a iniciar una relación por respeto a la familia de Bolaños, eventualmente cedió a la convivencia diaria que los unió. Su romance fue objeto de considerable crítica. La pareja vivió junta por más de dos décadas antes de contraer matrimonio por lo civil en 2004.
Es importante destacar que no tuvieron hijos. La sombra de la separación de Chespirito y Graciela ha persistido en la esfera pública, especialmente por declaraciones pasadas de Florinda Meza. En 2004, en un programa chileno, Florinda se refirió a los seis hijos y la exesposa de Roberto como sus “siete grandes defectos”. Ante el incómodo comentario, el comediante la corrigió firmemente, afirmando que sus hijos no eran “defectos”, sino “maravillosos”, a lo que ella replicó que solo lo serían si fueran suyos.
Posteriormente, Florinda aclaró en redes sociales que sus palabras fueron sacadas de contexto, afirmando que los veía como los únicos “defectos” de un hombre que consideraba perfecto, buscando animarse a aceptar su insistencia. Ella enfatizó que Gómez Bolaños siempre amó y respetó profundamente a sus hijos. Actualmente, Roberto Gómez Fernández, hijo del comediante, ha declarado mantener una relación cordial con Florinda Meza, conversando casi a diario y buscando conciliar y sanar heridas del pasado. El eco de esta compleja historia familiar sigue resonando en el presente, incluso a través de producciones recientes como la serie “Chespirito: Sin Querer Queriendo”, donde la actriz Macarena García interpreta a Graciela Fernández.
msn



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