La viuda encubre corrupción de Miguel Barbosa

Miguel Huerta

¿A quién quiere engañar la soberbia viuda Rosario Orozco, cuando asegura que el psociópata de su ex esposo, Miguel Barbosa encabezó una administración transparente, eficiente y donde no hubo corrupción?.

¿Acaso está enferma de sus facultades mentales al asegurar que el psociópata trabajó por el Estado?. Nadie vio una sola obra y ella despreció el DIF por haber estado con él de tiempo completo para leerle la correspondencia, las columnas políticas, decirle quién marcaba a su celular y comentarle quién o quiénes estaban en los pocos eventos públicos que encabezaba con dificultades, porque estaba totalmente ciego y no podía valerse por sí mismo. No podía caminar solo, ni siquiera dar 10 pasos y lo sabemos perfectamente.

Convertida en una pésima estadista y economista, la viuda Orozco ha caído en el cinismo al asegurar que el desfalco de Banco Accendo fue “mala suerte”, así como lo escucha querido amigo y amiga, “mala suerte”, como si se tratara de un estúpido juego de azar en el que se juega con cientos de millones de pesos destinados para programas sociales.

Otra pifia más es decir que fue una decisión de la Secretaría (de Finanzas), culpando a un ente para exculpar a quien era empleada del psociópata: María Teresa Castro Corro, ex titular de esa dependencia.

Tan solo los números de Accendo alertaron el inminente fraude, pero el ambicioso psociópata ordenó cometer el delito.

Mi pregunta: ¿en dónde está el dinero que durante tres años manejó el gobierno de su psociópata esposo si no se ve una pinche obra de ese tiempo?.

Que la viuda no se equivoque y pague todo el daño que hizo su loco y enfermo esposo, al que nunca le puso un freno por tantas locuras que cometió.

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