El traidor que soñó en grande
Este pueblerino de quinto nivel vociferaba que tendrían todo el poder político para controlar a los poblanos durante 8 años.
Todo lo que escupió le cayó encima y ahora tendrá que irse de candidato de pueblo para ser diputado de pueblo.
En Morena no lo quieren y menos en el grupo de Armenta, a quien hace poco denostaba y trataba con falta de respeto cada que hablaba de él.
Ha llegado la hora de enfrentar su realidad y regresar a los bajos oficios a los que está acostumbrado, que son empinarse y tragarse la poca dignidad que le fueron en su casa.
Alberto Campos
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