Contraparte/Staff

Cruz Azul continúa dejando huella en el Apertura 2025 bajo la dirección de Nicolás Larcamón. Tras el triunfo por 3-2 ante Juárez, La Máquina se colocó como líder provisional de la Liga MX y su entrenador argentino alcanzó una marca que ningún otro técnico en la historia del club había logrado. Con siete victorias y dos empates en sus primeros nueve partidos, Larcamón mantiene un invicto histórico que ya es motivo de celebración entre la afición cementera.
Invicto y efectividad sobresaliente en la Liga MX
El logro de Larcamón no solo se limita a los resultados, sino también a la calidad del rendimiento del equipo. Con un 85.2% de efectividad en los primeros nueve encuentros, el estratega se impuso frente a rivales de jerarquía como Toluca, Pachuca y Chivas. A diferencia de otros entrenadores como Vicente Sánchez o Martín Anselmi, quienes sufrieron derrotas tempranas, Larcamón logró consolidar un estilo de juego sólido y ofensivo desde el inicio de su gestión.

Más allá de los triunfos, el técnico ha logrado que Cruz Azul recupere su identidad en el campo, recuperando la confianza de la afición y demostrando que el equipo puede ser protagonista en cada encuentro. La victoria ante Juárez representa no solo los puntos obtenidos, sino también la forma en que La Máquina domina a sus rivales y controla los partidos con un estilo contundente.

A pesar de la buena racha, Larcamón mantiene la cautela y mira hacia adelante. “Estoy muy claro de que el proceso sigue siendo joven, que lleva nueve fechas de liga de las cuales los resultados y la efectividad vienen siendo muy muy buena”, declaró, recordando que el objetivo del club sigue siendo crecer y llegar en su mejor versión a la Liguilla.
Cruz Azul enfrentará los próximos encuentros con la meta de mantenerse en lo más alto de la Liga MX y pelear por el título del Apertura 2025. Larcamón sabe que mantener la consistencia será clave y confía en que sus jugadores continúen mostrando la misma hambre de triunfo que los llevó a establecer este récord histórico. La historia ya lo reconoce: Larcamón marcó un antes y un después en la Máquina.