Maracaná, ruina de 320 millones



Ha albergado finales de Mundiales, de Copa Libertadores y de Copas América. Es la casa de los dos equipos más grandes de Río y de la selección de fútbol más laureada del mundo. Hasta ha dado nombre a uno de los eventos más importantes en la historia del balompié, ‘El Maracanazo’, y ahora, podría ser propiedad de alguien.
El Estadio de Maracaná es el recinto deportivo más importante de toda Sudámerica y uno de los estadios más míticos del mundo. Su propietario es el estado de Río de Janeiro, obligado a vender para subsanar la millonaria deuda que tiene con el gobierno central brasileño, lo ha lanzado con un precio de salida de 320 millones de euros.
La venta de uno de los templos del fútbol se ha calificado de “urgente” por la administración estatal, ya no solo por obtener el monto millonario de su traspaso, sino también para reducir gastos, ya que Maracaná cuesta unos 160.000 euros por partido, según se estima.

Fla y Flu, opción abierta
Flamengo y Fluminense son los dos equipos más importantes del estado carioca. Ambos actúan como locales en Maracaná y, si bien el Mengao tiene un proyecto para levantar un estadio propio en menos de una década. Sin embargo, la venta de Maracaná abre una puerta para convertirse en propietarios de la que es ahora su casa.
Fluminense, por su parte, está más lejos de un plan para abandonar Maracaná. El acuerdo actual con ambos clubes es hasta 2044, aunque Flamengo está en conversaciones con la alcaldía de Río para cesar el contrato antes de tiempo.

Una venta frustrada
En el año 2011 hubo un intento por comprar Maracaná por parte de Eike Batista, uno de los hombres más ricos de Brasil. El empresario pretendía rehabilitar un estadio en ruinas para rentarlo en grandes eventos como el Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Tras varias conversaciones, el negocio se echó para atrás y Maracaná no cambió de manos.

AS México

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