Ximena Pichel “vive de apariencias, de farolear”, asegura Maryfer Centeno en análisis
Esta semana, Ximena Pichel, mujer México-Argentina, se volvió el blanco de críticas tras volverse viral un video donde discriminó e insultó a un oficial de tránsito en la colonia Condesa.
Esta situación, que incluso provocó que la marca Pantene negara trabajar con ella, luego de que así se afirmó en redes sociales, no deja de generar reacciones, siendo destacada la de la grafóloga y analista de lenguaje corporal Maryfer Centeno.
“¿Por qué no la arrestaron?”, cuestiona Centeno
En un video que subió a redes sociales, Maryfer abordó el caso de Ximena Pichel. Primero, comentó que, “platicando con personas, me han comentado que es una persona que vive de apariencias”.
Señaló que su carro, un Mercedes, es de baja categoría: “Podría ser año 2007. Hay que decir que es un carro con muchos años de uso, de una generación vieja. Se utiliza para farolear, para llamar la atención”.
“Más allá del coche que tenga, sí queda claro que es una persona racista, que es una persona que discrimina. (…) Habla del color de piel de forma peyorativa”, resaltó la grafóloga.
Tras decir que la mujer es “una persona que refleja prepotencia”, Centeno lanzó un duro cuestionamiento: “¿Por qué no la arrestaron?”.
De los insultos al policía, comentó: “Cuando viene la descalificación es porque no hay argumentos. No al racismo, no a la discriminación”.
E insistió que Pichel “vive de apariencias, de farolear”.
Análisis del lenguaje corporal
En una segunda grabación, la también escritora analizó el lenguaje corporal de la mujer. De sus “ojos saltones” al verse tan alterada, dijo: “Si se combinan con cejas arqueadas y la mirada fija, lo que reflejan es dominio, pero también necesidad de intimidar. Es decir, esta mujer es plenamente consciente que está intimidando al policía”.
“Al sacar la cabeza del vidrio, es una postura expansiva, lo que hace es transmitir prepotencia. La mirada es desafiante”, añadió.
También comentó que los gestos de Ximena Pichel en el video viral “son controladores e invasivos, como señalar con el dedo hacia arriba o interrumpir, porque no deja hablar”.
milenio.com
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